lunes, 5 de junio de 2017

Versión castellana de la entrevista en @LEscribacat con motivo de la IV #SetmanaHoraris


El lunes 5 de junio se ha publicado la entrevista que me realizó Irene Solanich en la revista online L'Escriba con motivo de la charla que impartiré el sábado 10 de junio de 2017 en Manlleu con el título "Causas y efectos de la Reforma Horaria.

Os dejo el link a la entrevista en catalán aquí:
http://lescriba.cat/creiem-que-horaris-que-vivim-son-normals-no-ho-son-gens-fet-son-forca-irracionals/

Os dejo un link a una recopilación de artículos y entrevistas que he realizado sobre la Reforma Horaria en los últimos años aquí:
http://conocimientocolaboraciontiempo.blogspot.com.es/2016/06/seleccion-de-articulos-y-entrevistas.html

A continuación os dejo la entrevista publicada en L'Escriba traducida al castellano:

“Creemos que los horarios con los que vivimos son normales y no lo son en absoluto, de hecho son bastante irracionales”

por Irene Solanich 
5 de junio de 2017

Jordi Ojeda Rodríguez, Doctor ingeniero industrial. Es profesor del Departamento de Empresa de la Universidad de Barcelona, donde desarrolla la investigación en el ámbito de la organización flexible del tiempo de trabajo. Es socio fundador de la empresa Rational Time especializada en la consultoría, formación y desarrollo de proyectos en el ámbito de la gestión del calendario y el horario laboral y en la mejora de la productividad personal. Desde hace veinte años dirige un proyecto de divulgación de la ciencia y de la técnica empleando como instrumento pedagógico el cine fantástico, los cómics y la literatura de ciencia ficción, realizando libros, artículos, charlas y exposiciones de diferentes ámbitos temáticos.


En 2013, una docena de expertos de diferentes ámbitos, casi todos provenientes del mundo universitario, impulsamos la creación de una iniciativa desde la sociedad que ayudara a reflexionar sobre los horarios de nuestro entorno y contribuir en la medida de lo posible a cambiar aquellos que se pudieran mejorar. Pensamos que había que hacer algo para racionalizar los horarios con los que vivimos actualmente convencidos de que son normales cuando en realidad no lo son en absoluto.

En este tiempo se han realizado muchas acciones para sensibilizar a los diferentes agentes de la sociedad y preparar un plan de acciones que nos permita llevar a cabo una verdadera reforma horaria, con la complicidad del gobierno de la Generalitat de Cataluña y el apoyo de todos los partidos políticos.



¿Sería vivir con lo que se conoce como "horario europeo"?

En realidad nosotros no hablamos de horarios europeos, sino de horarios globales. Somos el único país del mundo que tiene estos horarios irracionales y por tanto no hay ninguna justificación que nos podamos imaginar, como el calor o la posición del sol porque otros países también lo tienen, ni siquiera la costumbre o la tradición , porque hemos podido demostrar que estos horarios se han alcanzado en las últimas décadas. Por ejemplo, desde la irrupción de las televisiones privadas el prime-time de la noche se ha retrasado noventa minutos. Es decir, si cuando yo era pequeño veía comenzar el programa "Un, dos, tres..." los viernes a las nueve de la noche, hoy en día este programa seguramente empezaría pasado las diez y media de la noche.

Entendemos que uno de los principales objetivos es mejorar la conciliación familiar, pero ¿las empresas, comercios y servicios se podrían beneficiar también o como los afectaría?

Para una simplificación del discurso por parte de los medios de comunicación y, sobre todo, de los políticos, se habla siempre de mejorar la conciliación familiar como objetivo. Conciliar significa literalmente poner de acuerdo dos cosas enfrentadas que, en este contexto, hace referencia a la vida personal y la vida profesional. La vida personal es mucho más que llevar o recoger a los niños en la escuela, además de pasar tiempo con la familia es también tiempo para el ocio, el descanso, la formación, la salud, el deporte, el voluntarismo, el asociacionismo, el hogar o el cuidado de otras personas (tarea que cada vez será más importante en nuestra sociedad en el futuro).

El tiempo es sistémico, esto quiere decir que lo que hacemos en un momento determinado puede afectarnos en el futuro. Una forma sencilla que utilizo para explicarlo es con la imagen de una pirámide dividida en tres niveles:

- En el nivel más bajo y más ancho estaríamos todos nosotros. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos tomamos decisiones continuamente donde el tiempo es importante (el orden de hacer las cosas, las prioridades que asignamos, la gestión de la agenda, la decisión sobre la movilidad, etc.). A este nivel le llamamos el horario de las personas.

- En el nivel intermedio estarían los horarios laborales, unos horarios claves sobre la vida de las personas porque una gran parte de nuestra vida la desarrollamos trabajando. La forma en que se gestionan estos horarios pueden favorecer la flexibilidad de la jornada, el cumplimiento de la producción o la atención a los clientes.

- Y en el extremo superior, más estrecho, estarían los horarios de la sociedad, son todos aquellos que tienen un impacto directo sobre nosotros y que muchas veces no podemos alterar. Son el calendario laboral, el calendario escolar, el horario del transporte público o del sanitario, el horario de los espectáculos o el horario de la televisión.

Un ejemplo muy fácil de explicar el factor sistémico del tiempo siguiendo la pirámide es con el caso cuando se cambió a intensivos los horarios de la gran mayoría de los institutos en Cataluña. Los profesores pedían el horario intensivo (que en realidad es una reivindicación del horario laboral), alegando que los niños se dormían por la tarde a clase (que en realidad es un tema de horario personal, después hablaremos de las horas de sueño que hacemos), pero lo cierto es que la decisión precipitada del cambio provocó un gran impacto en las familias y creó una gran perturbación social (con un impacto sobre el horario de la sociedad en general). Saber años después de que la misma consejera reconocía que se aprobó el cambio a horario intensivo para reducir las movilizaciones de los profesores en contra de los recortes aporta una idea de cómo se toman las decisiones en el país, y explica porqué cambiar a peor se hace de forma inmediata e intentar cambiar a mejor cuesta una barbaridad, y nos tenemos que gastar una fortuna para justificar cada paso.

Pensando en el tiempo de forma sistémica, hay que gestionar el tiempo de una forma distinta a como lo hemos hecho hasta ahora, hay que pensar de forma integrada teniendo en cuenta aspectos como la salud, la productividad, el rendimiento o la felicidad, en definitiva, se necesita una nueva cultura del tiempo.

Si las empresas que hacen una actividad de mañana y tarde compactan sus horarios (reduciendo el tiempo dedicado a comer, por ejemplo), se podría salir antes del trabajo, se podría comprar antes (y, consecuentemente, se podrían cerrar las tiendas antes ) y se podría llegar a casa antes (el prime-time de la televisión podría empezar antes), y podrían dormir las horas que necesita nuestro cuerpo, lo que repercutiría en nuestro rendimiento al día siguiente y las empresas podrían aumentar su productividad.



¿Y qué pasaría con oficios como periodistas, camareros, personal de hoteles, etc. que suelen trabajar con unos horarios muy diferentes?

Hay una respuesta contundente e inmediata y luego dos puntualizaciones. Lo que hay que tener claro es que quien manda sobre el horario que tenemos que hacer es nuestro cliente, la dimensión de nuestra capacidad productiva dependerá de las necesidades de personal que se requiera para hacer cada tipo de trabajo, para cada hora de cada día y de cada semana. Otra cosa es hasta qué punto podemos actuar sobre el horario del cliente y si este se puede amoldar adaptándose sin problema a nuestras peticiones. Los horarios de los partidos de nuestro equipo de fútbol cambian cada semana y no pasa nada y nos adaptamos, como se adaptan también todas las empresas de servicio que se ven influenciadas (desde la compañía del agua hasta la restauración, por ejemplo ).

La primera puntualización que quiero hacer se refiere a reconocer que el horario laboral de mañana sólo, o mañana y tarde sólo, afecta a alrededor del 70% de la población, por lo tanto hay una gran cantidad de personas que no pueden disfrutar de este horario ni de los cambios que proponemos. Este personal trabaja especialmente en los servicios de la administración, como la sanidad, la seguridad o la limpieza, y los servicios en general como la restauración y la hostelería, por ejemplo. Pero de nuevo, si cambiamos nuestros horarios personales y laborales podemos incidir sobre una parte de estos horarios, como por ejemplo no salir de cenar de madrugada porque llegaríamos antes a cenar.

La segunda puntualización se refiere a los oficios que tradicionalmente están realizados por autónomos, que suelen tener una demanda de trabajo irregular a lo largo del año, de tal manera que deben trabajar en épocas determinadas con mucha presión debido a los plazos de entrega. De nuevo hay que emplear técnicas adecuadas de gestión del tiempo para aumentar la productividad personal y conseguir que toda la cadena de operaciones (su cliente también) sea razonable en las peticiones y en las condiciones de trabajo para que todas las partes salgan beneficiadas.

¿Crees que sería complicado para la sociedad catalana adaptarse a una situación horaria?

Nuestra sociedad ya ha dado muchas muestras de capacidad de adaptación, no sólo con los cambios de los horarios de los institutos, de la televisión o de los espectáculos sino también con el cambio de hora de verano o invierno, por ejemplo. Vivimos en un país donde consumimos muchas películas y series europeas y americanas donde los protagonistas comen a las doce y cenan a las siete y lo aceptamos con normalidad. Además, basta viajar un poco fuera del país para ver cómo de rápido nos adaptamos a los horarios de la ciudad que estemos visitando.

¿Cómo se haría la reforma horaria y cuáles son los beneficios inmediatos que percibirían todos juntos?

La dificultad de hacer una reforma horaria es justamente por el carácter sistémico del tiempo. Para poder llevarla a cabo proponemos un día cero de cambio a fin de que se puedan engranar todas las partes del sistema (los horarios personales, los laborales y los de la sociedad) para ir todos a una. Una buena fecha podría ser el primer día académico de septiembre, tras las vacaciones escolares y una vez terminado el horario de verano de muchas empresas y organizaciones. Una gran parte de la población está influenciada por el calendario escolar, bien porque eres estudiante, bien porque trabajas o eres proveedor, o bien porque algún familiar directo tiene alguno de estos perfiles.

Para prepararnos para el cambio es necesario que estemos formados y capacitados en aspectos como la gestión racional del tiempo o el diseño flexible del horario y el calendario laboral (pregúntese cuántos cursos de este tipo se han hecho en donde trabaja, y qué cursos han hecho los que hace los horarios de donde trabaja, por ejemplo).

El beneficio más personal puede estar relacionado con la salud y el bienestar e implica:

- Comida y cena a horas más razonables, sin estar muertos de hambre, y no acostarse con el estómago lleno.

- Dormir las horas necesarias para nuestro cuerpo, que dependerá de nuestra edad y de nuestras condiciones físicas. Se calcula que los niños y adultos dormimos entre una hora y una hora y media menos que el resto de europeos, cada día. 

- Dormir y comer de forma saludable puede influir sobre nuestro carácter, nuestro sobrepeso o nuestra capacidad de abstracción, adecuada para estudiar o trabajar con el máximo rendimiento.

- Dedicar más tiempo a la vida personal puede tener un impacto sobre nuestra felicidad y puede facilitar la conciliación y la corresponsabilidad.

- Aumentar la productividad personal y el éxito escolar, además de tener más tiempo para la cultura, el asociacionismo o el voluntariado, por ejemplo.

El beneficio empresarial puede estar relacionado con la productividad y el resultado puede ser:

- Tener personas más creativas y de más productividad trabajando.

- Bajar el absentismo laboral asociado a la falta de flexibilidad (milagrosamente el absentismo bajó a mínimos históricos en plena crisis y ahora repunta de nuevo... ¿ahora nos ponemos más enfermos que antes?).

- También la somnolencia es un factor determinante de una gran parte de los accidentes laborales, dormir las horas adecuadas puede favorecer una disminución de la siniestralidad.

- Tener un óptimo dimensionamiento de la plantilla y un horario flexible, reduciendo las horas extras (o eliminándolas) puede favorecer un buen resultado empresarial. El caso francés con la entrada de las treinta y cinco horas semanas es un buen ejemplo de ello, debate que aquí, dos décadas después, nadie pone en la mesa de debate.

- Una buena gestión del horario y el calendario laboral puede ayudar a retener el talento y ayudar a atraerlo a nuestra organización y puede, también, favorecer el desarrollo de políticas de igualdad, y facilitar la conciliación y la corresponsabilidad.

Las empresas y organizaciones deben tender hacia una gestión personalizada del horario y el calendario laboral, y escuchar las necesidades del personal (que van cambiando a lo largo de la vida y las condiciones personales) y las demandas de los clientes (que pueden cambiar a lo largo de los días, de las semanas y los meses).

Hasta ahora hemos hablado de muchos beneficios, ¿cuáles serían los inconvenientes de una reforma?

Más que de inconvenientes yo hablaría de barreras, y son muchas. Algunas destacadas pueden ser:

- La dificultad de encontrar el día cero y poner a todo el mundo de acuerdo con ese día, especialmente si desde un punto de vista político no se actúa con firmeza.

- El liderazgo de muchos directivos del país, más preocupados a menudo por el presencialismo del personal (pasar muchas horas en el trabajo) que por su productividad (la productividad es la relación entre el resultado y su coste, ¿cuántos directivos hay que sepan qué quiere decir?).

- La gran cantidad de convenios existentes en el país, muchos de ellos muy rígidos, algunos con condiciones perjudiciales para todas las partes, algunos incluso de imposible cumplimiento por tener condiciones contradictorias (he visto muchos reglamentos internos así de empresas muy conocidas). 

- Los muchos privilegios que tienen algunos en nuestra sociedad, a veces en perjuicio de sus propios clientes. Yo no he tenido nunca en la vida días de asuntos propios para cogerme, por ejemplo. Muchos de estos privilegios se han ido conseguido poco a poco a lo largo de los años y la brecha que hay entre algunos horarios laborales puede ser muy importante. No existe la esclavitud, pero no debería haber tantas diferencias entre las condiciones laborales que afectan al horario y el calendario laboral.

En general las personas tenemos miedo al cambio, por desconocimiento de las ventajas, por falta de visión de los resultados o por dificultad de medir los beneficios (cuánto cuesta dormir una hora menos cada día? Ni idea).


¿Crees que las personas, conociendo pros y contras, optarían por una reforma horaria?

La percepción del tiempo para todas las personas está en evolución constante a lo largo de nuestra vida, no es lo mismo a los diez años que a los veinte, treinta, cuarenta o más, ni es lo mismo si tienes hijos o no, o si tienes gente de cuidado a tu cargo o no, o si estás bien de salud o no. Creo que los efectos sobre la salud serían inmediatos (menos hambre, menos sobrepeso, menos ira, más salud), y que el debate sobre los horarios haya llegado a todo el mundo es muy positivo... ¿cómo es posible que nuestros hijos entrenen y jueguen partidos hasta tan tarde?

No hay ninguna duda de que el horario actual es un horario antifamília si se me permite la expresión, cualquier pequeño cambio a mejor seguro será muy agradecido para todos. En cierto modo tenemos que pasar de ser esclavos del reloj a ser libres.

¿Quieres añadir algún comentario final a la entrevista?

Agradecer la posibilidad de que me dejéis explicarme, a veces las entrevistas son demasiado concisas y sesgadas, o poco didácticas. Por ejemplo, a menudo se pone como ejemplo que hay que potenciar el teletrabajo para favorecer la conciliación familiar, cuando no siempre es la mejor solución ni tenemos las condiciones en el hogar para trabajar con comodidad.

Me gustaría que los lectores hayan tenido el tiempo personal suficiente para leer este artículo hasta el final, y que puedan reflexionar sobre qué pueden cambiar de lo que dependa de vosotros y llevarlo a cabo en la medida de lo posible. Y si necesita cualquier cosa ya sabéis donde estamos.

Irene Solanich
http://www.solanich.cat


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