La
Universidad de Barcelona ha puesto en marcha una colección de vídeos
sobre diferentes temas de divulgación de la ciencia relacionados con la
actualidad. Me
han propuesto participar en el primer vídeo de la colección
#aborddelBeagle para hablar del tema del cambio de hora de verano en
invierno y de invierno a verano, y, en caso de no hacer este cambio,
indicar cuál es el mejor huso horario en el que deberíamos quedar. Todo ello en el marco del debate que la Comisión Europeo puso en
marcha hace meses sobre la oportunidad de dejar de hacer el cambio de
hora y la necesidad de que los países estén en el huso horario más
adecuado.
Os dejo el vídeo (en catalán) y a continuación el texto en que se basa el vídeo, con algo más de extensión, espero que os guste.
Os dejo el vídeo (en catalán) y a continuación el texto en que se basa el vídeo, con algo más de extensión, espero que os guste.
Para entender la importancia del cambio de hora de verano a invierno y de invierno a verano debemos pensar que el tiempo es sistémico, lo que significa que lo que hacemos en un momento determinado puede afectarnos en otro momento. Una forma sencilla que utilizo para explicarlo es con la imagen de una pirámide dividida en tres niveles:
- En el nivel más bajo y más ancho estaríamos todos nosotros. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos tomamos decisiones continuamente donde el tiempo es importante (el orden de hacer las cosas, las prioridades que asignamos, la gestión de la agenda, la decisión sobre la movilidad, etc). A este nivel lo llamamos el horario de las personas.
- En el nivel intermedio estarían los horarios laborales, unos horarios capitales sobre la vida de las personas para que una gran parte de nuestra vida la desarrollamos trabajando. La forma en que se gestionan estos horarios pueden favorecer la flexibilidad de la jornada, el cumplimiento de la producción o la atención a los clientes.
- Y en el extremo superior, más estrecho, estarían los horarios de la sociedad, son todas aquellas decisiones que tienen un impacto directo sobre nosotros y que muchas veces no podemos alterar. Son el calendario laboral, el calendario escolar, el horario del transporte público o del sanitario, el horario de los espectáculos o el horario de la televisión.
El cambio de hora de verano en invierno y de invierno a verano se impulsó en su momento por motivos de ahorro energético que ahora no se justifican porque en la actualidad no se produce este ahorro. Además está demostrado que provoca una alteración del reloj circadiano de las personas, provocando molestias durante días, especialmente en la gente joven, las personas mayores y las personas con problemas de salud.
Si decidimos no cambiar el horario en invierno y en verano hay que decidir si nos quedamos con el horario de verano o con el horario de invierno. El huso horario es claramente una decisión de la sociedad que no depende de nosotros pero tiene un impacto sobre nuestra vida y, teniendo en cuenta el carácter sistémico del tiempo, la zona horaria puede tener un gran impacto sobre las personas.
Los expertos defienden claramente el horario de invierno para poder sincronizar nuestro cuerpo con la salida y la puesta del sol a lo largo de todo el año, especialmente en invierno, de lo contrario tendría un impacto sobre todas las personas que podría afectar al rendimiento escolar ya la productividad de las personas y, por consiguiente, a la productividad de las empresas y organizaciones.
Nota: podéis ver el detalle del dictamen del Consejo para la Reforma Horaria en el siguiente link (texto en catalán, pendiente de traducción)
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https://conocimientocolaboraciontiempo.blogspot.com/2018/10/reformaHorariasupressiodelcanvihorari.html